Decía Teilhard de Chaldrin que, en la escala de lo cósmico, solo lo fantástico tiene posibilidades de ser verdadero. Y tan proverbial resultó ser su reflexión que son, hoy ya, un buen número de físicos –hemos escrito "físicos", si- los que han incorporado dentro de su vocabulario palabras como "supercuerdas", "agujeros de gusano", "mundos paralelos"... La mecánica cuántica y la relatividad parecen demostrar el fracaso del orden mecanicista y explican que nuestro universo, tan inconmensurable como nos parecía y sin que apenas hayamos comenzado a descubrirlo, sería como una "burbuja" coexistiendo con otros universos.

La sola idea de un "multiverso", incrustado dentro de "once dimensiones", y mostrando unas realidades moldeables y, por supuesto, más complejas de la que perciben nuestros limitados sentidos, nos obliga a desplegar nuestra mente, no digamos nuestra imaginación... La "vida" podría ser "sueño" y los "sueños, "realidad", y todo cuanto nos sucede podría ser oasis ficticios de una conciencia, la nuestra, que está en otro lugar... Y es que algunas cosas no son como nos parecen: Hace mil años creíamos que nuestro universo terminaba en Saturno. En el mundo material las cosas están separadas espacialmente, pero nosotros no lo hemos sabido hasta hace poco porque percibimos su solidez.


Legendaria Avalon, sumergida en brumas y maravillas, isla del reino de las Hadas, del helénico Jardín de las Hespérides, el lugar donde son portadores de eternidad, Arturo, Morgana o Merlín; donde habita escondido de los hombres el Santo Grial... Mítica Avalon, al igual que Shambala o Agarta, lugares mágicos por excelencia, lugares de paso a universos prohibidos . Tal vez, algún día, tus brumas se disipen y podremos acceder a la realidad. ¿Pero qué realidad? No lo sabemos. Quizás no lo sepamos nunca. Hoy, de momento, hay quien piensa, físicos incluidos, que el Universo está empezando a parecerse más a un gran pensamiento que a una gran máquina.

domingo, 6 de enero de 2008

Los Buenos Deseos


Vayan desde aquí estas primeras líneas del año para transmitir a todos los lectores nuestros mejores deseos. Es lo propio en estos días cuando comenzamos un nuevo año, el 2008. Por cierto, una pregunta: ¿nos queremos tanto los españoles para desearnos tanta felicidad mutuamente? Lo digo porque, si excluimos el pequeño número de compatriotas que se han quitado de en medio para evitar estos empachosos días, los demás nos hemos estado felicitando mutuamente, nada más, ni nada menos, que mediante 200 millones de sms. Cuesta entenderlo, medio país nada tiene que ver con el medio otro, hay manifestaciones para todos los colores, incluidas las de pésimo gusto. Seguimos siendo tan tolerantes que aceptamos cualquier cosa, menos que nos lleven la contraria.

Parece que no hay manera, o bien que aún no la hemos encontrado, pero lo que no deja de ser confortador es que seguimos felicitándonos. ¿A qué le llamamos felicidad?. Antonio Machado dio una eficaz receta para conseguirla: "una buena salud y cabeza vacía". Pero dejemos esto de la felicidad, para no hacernos pesados y porque ya hace unos meses escribimos sobre ella. Fijémonos en el 2008. Será el año de la rata, según el horóscopo chino, el año internacional del Planeta Tierra, el Año Internacional de los idiomas, el Año Internacional del Saneamiento, y el Año Europeo del Diálogo Intercultural. ¡Cuantas cosas!. Pero a mí lo que me pone los pelos de punta, lo pocos que me quedan, es ver como existen seres humanos tan crueles y tan capaces de hacer cosas tan espantosas como prender fuego a una iglesia repleta con 300 personas en su interior.

Pero miremos hacia el futuro. Volvamos a lo del Año Internacional del Planeta, que esto parece importante. El otro día hablaba con alguien sobre el cambio climático, me preguntaba mi opinión. Claro que creo en el cambio climático, sobre todo cuando cada año me encuentro con mas medusas en la Playa de San Juan, solo que mucha gente se está forrando a su costa; a costa del cambio climático, no de las medusas. No tengo nada contra Al Gore, me he visto un par de veces su " verdad incómoda", y creo que su trabajo está dando sus frutos y es positivo, pero el ecologista Al Gore, siendo vicepresidente de los EEUU, se negó a ratificar el Tratado de Kyoto y ahora cobra 300.000 euros por contarnos el fin del mundo. Esa es también otra verdad incómoda. ¿Es que ni en las cosas más necesarias podemos olvidarnos del dinero? Y todo ello, además, sin pagar un céntimo a los herederos de San Juan Evangelista, que desde el cielo estará reivindicando haber sido el primer autor del Apocalipsis. 

Obviemos las cuestione económicas, para no deprimirnos aún más, las subidas de precios de tantas cosas y todo eso... Volvamos a los buenos deseos. Siempre he creído que los pensamientos que emitimos ejercen una influencia en algún lugar y de algún modo, aunque ambos nos sean desconocidos. Quizás ahí radica su grandeza. Se lo escuché decir por primera vez a uno de los mejores amigos que he tenido, Luis Jiménez Marhuenda, una de las personas de las que más aprendí. Y si digo "he tenido" es porque Luis ya se marchó al lugar -espero- de la auténtica felicidad.

Tal vez, si admitimos la existencia del inconsciente colectivo, o algo similar, podamos entender todo esto mejor. Por eso termino con una frase que encierra en toda su esencia lo que yo torpemente no sabría explicar. Proviene de la sabiduría hindú: "Si quieres la felicidad de los demás, sé compasivo, si quieres tu felicidad, sé compasivo". Ricardo, Ricardo González, también explica muy acertadamente lo de que, en realidad, todos somos uno, la misma cosa: "en la unida está la multiplicidad y en la multiplicidad habita implícitamente la unidad". Sonar, suena de fábula, y además podría ser verdad. Otra vez me detendré a intentar explicarlo, que no será sencillo. Ahora, desde la perspectiva más desinteresada, nuestros mejores deseos a todos. Sin cobrar 300.000 euros ninguno de nosotros, podría ser nuestra pequeña contribución, hacia algo más profundo aún, que un cambio climático.

Manuel Capella
http://www.manuelcapella.com

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Buen artículo y buenas reflessiones

Saludos
Paco

Anónimo dijo...

Sobre todo la reflexión de Machado,

Paco