Decía Teilhard de Chaldrin que, en la escala de lo cósmico, solo lo fantástico tiene posibilidades de ser verdadero. Y tan proverbial resultó ser su reflexión que son, hoy ya, un buen número de físicos –hemos escrito "físicos", si- los que han incorporado dentro de su vocabulario palabras como "supercuerdas", "agujeros de gusano", "mundos paralelos"... La mecánica cuántica y la relatividad parecen demostrar el fracaso del orden mecanicista y explican que nuestro universo, tan inconmensurable como nos parecía y sin que apenas hayamos comenzado a descubrirlo, sería como una "burbuja" coexistiendo con otros universos.

La sola idea de un "multiverso", incrustado dentro de "once dimensiones", y mostrando unas realidades moldeables y, por supuesto, más complejas de la que perciben nuestros limitados sentidos, nos obliga a desplegar nuestra mente, no digamos nuestra imaginación... La "vida" podría ser "sueño" y los "sueños, "realidad", y todo cuanto nos sucede podría ser oasis ficticios de una conciencia, la nuestra, que está en otro lugar... Y es que algunas cosas no son como nos parecen: Hace mil años creíamos que nuestro universo terminaba en Saturno. En el mundo material las cosas están separadas espacialmente, pero nosotros no lo hemos sabido hasta hace poco porque percibimos su solidez.


Legendaria Avalon, sumergida en brumas y maravillas, isla del reino de las Hadas, del helénico Jardín de las Hespérides, el lugar donde son portadores de eternidad, Arturo, Morgana o Merlín; donde habita escondido de los hombres el Santo Grial... Mítica Avalon, al igual que Shambala o Agarta, lugares mágicos por excelencia, lugares de paso a universos prohibidos . Tal vez, algún día, tus brumas se disipen y podremos acceder a la realidad. ¿Pero qué realidad? No lo sabemos. Quizás no lo sepamos nunca. Hoy, de momento, hay quien piensa, físicos incluidos, que el Universo está empezando a parecerse más a un gran pensamiento que a una gran máquina.

domingo, 13 de diciembre de 2009

¡Platillos Volantes!


Hace pocos días volvieron a dar por la 2 la película “Platillos Volantes” . No sé ya si por cuarta o quinta vez volví a verla. La verdad es que la película en sí no es gran cosa, pero cuando sucedieron los acontecimientos que en ella se relatan, quien esto escribe, estaba llegando a la veintena de años. Lo que allí se cuenta reactiva una serie de añoranzas, recuerdos y vivencias de una época: la de principios de los setenta, tiempos marcados, entre otras muchas cosas, por ser la época dorada de los “platillos volantes”.

La película que comienza con tintes de comedia acaba convirtiéndose, no podía ser de otra forma, en un auténtico drama. La historia muy resumida es la siguiente: en 1972 y en el kilómetro 335 de la vía férrea Tarrasa-Barcelona, muy cerca del apeadero de Torrebonica, fueron descubiertos los cadáveres decapitados de José Felix Rodríguez Montero, y Juan Turú Vallés. Ambos pertenecían a una asociación, liderada por el primero, dedicada al estudio de los OVNIs. Sin embargo, lo que comenzó como un hobby, terminó degenerando en una obsesión. José Felix Rodríguez, que terminó por creerse un extraterrestre reencarnado, practicaba asiduamente la OUI-JA y otras técnicas de supuesto "contacto extraterrestre", llegando a crear una particular cosmogonía, en la que el viaje a Júpiter era posible -según su delirio- abandonando en esta planeta el cuerpo físico. "Los Extraterrestres nos llaman” fue lo último que escribieron antes de colocar sus cabezas sobre los raíles del tren.


Aquellos años estuvieron marcados por la guerra de Vietnam, por el movimiento hippy, los viajes a Ibiza, Donovan y la isla de Wight, Nixon y Breznev, Jiménez del Oso y Antonio José Alés, Antonio Ribera y Fernando Sesma Manzano, la primera etapa de Benítez, la misión Rama y Sixto Paz, Star Trek y el señor Spock, el alunizaje del Apolo XI. Todas las circunstancias se daban para ser la época, la gran época, de los Platillos Volantes. Y en medio de todo aquél entorno, un servidor que hacía su irrupción en él. Fue frecuente mi relación y amistad con bastantes contactistas, con la ouija, con la escritura automática, con los informes de Ummo, con una de las mejores personas que he conocido, Luis Jiménez Marhuenda, uno de los presuntos contactados de los hombres altos, rubios, de ojos azules y voz gangosa debido a la atrofia de sus órganos fonéticos dado el empleo de la telepatía en su comunicación: los ummitas.

Todas las cosas, o casi todas, tienen su anverso y su reverso. Las épocas también. Lo que se relata en Platillos Volantes muestra la cara más sombría de aquella, es cierto. Pero no todos nos adentramos en la “new age” dispuestos a poner nuestra nunca en una vía a las primeras de cambio. Los movimientos espirituales y esotéricos de los años 70 buscaron un mundo mejor que no encontraron y que hoy, unos pocos tan solo, siguen buscando. Dudo si la gente es hoy más feliz que entonces. Creo que no, pero puedo estar equivocado. Prefiero la ingenuidad a la violencia, y el idealismo a la brutalidad. En aquella época se pretendía cambiar nuestro mundo por otro mejor, hoy esas aspiraciones son letra muerta, despojos zarandeados por el oleaje manso.


La escena final de “Platillos Volantes” no solo me encantó sino que me parece la única posible y además plenamente coherente con toda la trama anterior. Aquella juventud de los setenta buscó valores en otros mundos y en otras dimensiones. No las encontró porque tal vez ambas cosas no existan o sean, de momento, inaccesibles. Pero sintió la necesidad de cambiar algo, lo intentó. Sin embargo, soy de los que cree que una crisis social y económica como la que ahora vivimos viene determinada y precedida por una crisis de valores. Prefiero los "más allás" de don Fernando a las "norias" de don Jordi.

Se nos va un año más. Para mí éste ha sido un año de contrastes. Nació mi primer nieto. Falleció mi madre. Así es la vida. Como alguien interpretó: esto no es más que un constante ir y venir. Hoy, en estos tiempos que corren, sin platillos volantes.

Manuel Capella

www.manuelcapella.net

martes, 17 de noviembre de 2009

¡2012!... y cinco mil millones de años más.


Por algún extraño motivo y desde que el ser humano tiene uso de razón, siempre ha imaginado como será el fin del mundo. A todos nos ha venido a la cabeza la idea de que un meteorito destruya el planeta, que un virus letal contamine todo lo que se mueva o que una invasión alienígena aniquile la raza humana. El fin del mundo se ha convertido en un arquetipo. La temática apocalíptica o el llamado “arquetipo del fin de los tiempos” ha sido, y será, una constante en la vida de la civilización. No podemos desprendernos en nuestro inconsciente del último, crucial e irrepetible momento de la humanidad.

Acabo de ver 2012. No me voy a quejar, me lo he pasado en grande, no me he aburrido y he conseguido evadirme de la realidad durante 150 minutos, ¿acaso no es eso el cine? . Pero los mayas no sabían cómo ni cuándo será el fin del mundo. Nosotros, los habitantes del siglo XXI, si. ¿Cuándo será?: dentro de 5000 millones de años. Es cierto que nosotros podemos acelerarlo: una mirada al momento presente refuerza esta idea. Pero el 2012 tiene las mismas posibilidades de poseer el dudoso privilegio del Apocalipsis como el 2014, el 2025, ó el 5118. Cualquier año puede servir.

Dentro de 5000 millones de años, nuestro planeta no escapará, al igual que todos los demás, a su destino. La Tierra acabará en un mar de llamas. El Sol, ha transformado ya cerca del 10% de su hidrógeno en helio. El calor que es capaz de irradiar varía, en efecto, en razón directa del cuadrado de su radio. Cuando mayor sea este, más débil será la temperatura de la superficie solar para un mismo índice de combustión termonuclear en el corazón de nuestra estrella. El calor se "evaporará" en concepto de radiación.

Nuestro astro del día, que estamos acostumbrados a ver como de un tamaño aparente, aproximadamente similar al de la Luna; poco a poco, iría adquiriendo dimensiones más o menos impresionantes. Dado que el calor que recibimos de él; varía, a su vez, en razón directa al cuadrado del radio solar; cuando el Sol hubiera alcanzado dos veces su radio actual, recibiríamos aquí, en la Tierra, cuatro veces más de calor. Esto bastaría para hacer hervir todos los océanos; es decir, que nuestros descendientes, si los hay, tendrán grandes dificultades para sobrevivir.


Pero sigamos. La temperatura tenderá a subir cada vez más rápidamente. Dentro de 5.000 a 6.000 millones de años, a partir desde hoy, el Sol tendrá un diámetro de 200 a 300 veces mayor que el actual. Esta expansión le permitirá alcanzar con sus llamaradas periféricas los planetas Mercurio, Venus y, probablemente también la Tierra. Estos planetas engullidos por el Sol, serán literalmente vaporizados.

Posteriormente el propio núcleo central de helio subirá peligrosamente de temperatura. Muy pronto, alcanzará más de 100 millones de grados. A semejante temperatura el helio - que hasta ese momento permaneció inactivo - comenzará a transformarse en carbono, oxígeno y neón, con gran desprendimiento de energía. En otras palabras: en ese momento no solamente arderá el hidrógeno en las capas periféricas de este Sol, ya gigante, sino que también arderá el helio en el corazón del astro.

Es a partir de ese momento cuando los acontecimientos se precipitarán, desarrollándose más deprisa; concretamente en algunas decenas de millones años, el Sol acabará sus días como una inmensa tea, igual que una vela encendida por ambos cabos. Todo el carburante - hidrógeno y helio - terminará por ser consumido, las reacciones nucleares cesarán, el Sol se desinflará y entretanto, se enfriará a gran velocidad. Muy pronto recuperará su antiguo volumen, para después ir contrayéndose, todavía más. En la superficie la temperatura todavía alcanzará algunos miles de grados, y las fuertes densidades harán que en el interior las temperaturas aún sigan siendo enormes, alrededor de varios centenares de millones de grados en las zonas centrales.

Pero la radiación ya no volverá jamás a cruzar el astro, para ganar la periferia e irradiar calor. El Sol se habrá convertido, por fin en una "enana blanca", o sea, en una de esas centenares de estrellas muertas que se distinguen en determinadas regiones de nuestra galaxia. Porque si la muerte del Sol no ha de tener lugar hasta dentro de varios miles de millones de años, otras estrellas ya concluyeron su existencia.

Así será el fin del mundo dentro de 5000 millones de años. Y dentro de tres, pasado el 2012, se dejará de hablar de este año y del calendario maya, tal como se hizo antes con la gran alineación de 1982, con el 1999 de Nostradamus, con el “efecto 2000” en ese año. En el futuro los años elegidos para la especulación, la discusión y el cine, serán el 2019 debido el paso del cometa NT7, el 2036 también por su acercamiento a la tierra del cometa Apophis. Después, no faltarán otros.

Hay quien piensa que el fin del mundo le sucede a cada uno con su muerte. Yo pienso que no, No importa saber que uno no estará ya vivo cuando ocurra; porque aún así, queremos saber cómo y de qué forma se desencadenará. También deseamos que “alguien” sepa que hemos existido, que todo cuanto vivimos y experimentamos sea conocido por “alguien más” en el universo. Tal vez sea esa la razón de que vivamos permanentemente pensando en “fines del mundo”.

La tentativa de datar el fin del mundo es una herencia de todas las religiones orientales, también de nuestro inconsciente colectivo y de la cual no podemos desprendernos. Queremos ser testigos de ese dramático y trascendental momento. Somos así de egoístas, no queremos morirnos sin saber cómo y cuándo acabará todo. No queremos trasladar ese " privilegio" a nuestros lejanos nietos. Por ello ahora nos hemos obsesionado con el 2012. Sucederá lo mismo cinco mil millones de años más.



Manuel Capella

viernes, 16 de octubre de 2009

¡OSCURIDAD!


Quizás sea porque recientemente he estado leyendo algunas cosas sobre la "Energía Oscura" que compone el 70% del Universo y sobre la cual no dudaba en afirmar recientemente el astrofísico español Miguel Ángel Sabadell: "y es que ni tan siquiera la entendemos". O quizás porque ya hace tiempo me intrigó esta cuestión viendo a Carl Sagan en uno de los episodios de la serie Cosmos, o porque acabo de ver la película Moon, la cual recomiendo a los amantes del género. El caso es que, últimamente, ando bastante intrigado con esto de la "energía oscura" y la materia oscura" del universo.

"La Oscuridad" es la ausencia de luz, eso lo tenemos claro todos. Pero tengamos claro también que "La Oscuridad" es el estado natural de cualquier espacio en el que no hubiese cosa alguna, es decir: de un espacio vacío. Si no hubiese astros en el Universo todo estaría a oscuras, si no existiese nada que desprendiera luz la oscuridad sería total y absoluta. Nuestro Espacio sería un constante e interminable vacío negro, un eterno mar de oscuridad.

Pero nuestro Universo es más extraño de lo que podemos imaginar, y eso que sobre él se pueden imaginar muchas cosas. Todo comenzó en 1933 cuando el astrónomo Frtiz Zwicky descubrió que en los cúmulos de galaxias había más materia que la que se veía en forma de estrellas y nebulosas. Observaciones posteriores demostraron que hay diez veces más de materia que no se ve -de ahí el apelativo de "oscura"- que de materia luminosa. Y lo peor de todo: no es del tipo que conocemos. La materia oscura está hecha de algo diferente a los átomos y partículas subatómicas con los que jugamos en laboratorios y aceleradores de partículas.

En diciembre de 1997, el telescopio espacial Hubble detectó un tremendo fogonazo procedente de 10.000 millones de años atrás: se trataba de la explosión de una supernova en una lejana galaxia elíptica. Si lo que se deducía de las observaciones astronómicas era cierto, y todo parecía indicarlo así, las dos terceras partes del universo estaban conformadas por "una energía oscura” que funciona, a grandes escalas, como si se tratara de una gravedad negativa, como una fuerza repulsora cósmica.

Se ha demostrado que la expansión del Universo se está acelerando. Si esto sucede, es que hay "alguien" que empuja, que recibe el nombre de "Energía Oscura". Lo peor no es que no sepamos qué es esa "Energía Oscura", es que ni tan siquiera la entendemos. El llamado "modelo de concordancia" del Universo dice que en él hay un 55% de materia ordinaria, de la que estamos hechos nosotros, los planetas y las estrellas; un 25% es "Materia Oscura" y un 70%, "Energía Oscura". No se debe confundir la "Energía Oscura" con la "Materia Oscura", ya que aunque ambas forman la mayor parte de la masa del Universo, la "Materia Oscura" es una forma de materia, mientras que la "Energía Oscura" es un campo que llena todo el Espacio. O sea, que no tenemos ni idea de lo que está hecho el 95% del Universo. 

¿Puede existir algún tipo de vida o pensamiento en esa Materia Oscura?. Probablemente no, ¿pero cómo contestar a ello si ni tan siquiera la entendemos?. Sin embargo, de ella depende que el final del universo sea un implosión o, al contrario, una dilatación y expansión permanente y sin fin. Casi nada.

Así que, amigo lector, esperemos a ver que nos va diciendo la Ciencia. Veamos la luz como algo tremendamente hermoso. Mejor conformémonos con las molestias de esta luminosidad hiriente a nuestra vista de este verano que se nos ha ido. Coloquémonos nuestras gafas de sol y salgamos a la calle a disfrutar de su luz. Porque, ¡y no exagero amigo! tú y yo... y todo cuanto vive en el Universo, somos la excepción en él, somos una ínfima minoría portadora del privilegio de haberle arrebatado un trocito de su reino a los dominios de la Oscuridad. Así como suena.

Manuel Capella
http://www.manuelcapella.net

martes, 22 de septiembre de 2009

El Viaje de Said



Premio Goya 2007 Mejor Cortometraje de Animacion
Director: Coke Rioboo

Cortometraje musical de animación de plastilina que narra la historia de un niño marroquí que cruza el Estrecho. Al otro lado, en el país de las oportunidades, descubre que el mundo no es tan bello como le habían contado.

sábado, 29 de agosto de 2009

VIAJE A LOS NÚMEROS




Amigo lector, te invito a que hagamos un viaje apasionante. No iremos a ninguna galaxia situada a miles de años luz, ni a ningún universo paralelo, ni hacia atrás en el tiempo, ni dentro de un ovni. Puede que, incluso, se trate de algo más fascinante que todo lo anterior. Haremos un viaje a "los números".

Cualquiera de nosotros no tendría ningún problema en imaginarse lo que es un metro, un kilo o un litro. Sin embargo, puede que empecemos a tener algún problemilla con un milímetro, y no digo nada si nos hablan de milésimas de miligramo. El asunto se pone peliagudo si se nos empieza a hablar de mil millonésimas o de trillones.

Entonces, hagamos una cosa: Para hacernos una idea del significado de los números, lo mejor es asociar a cada número, sea grande o pequeño, una imagen. Así que ahí van primero unos pocos ejemplos de cosas pequeñas.

Un milímetro es aproximadamente el radio de una grano de pimienta. Una millonésima de metro: la mitad de la cabeza de un espermatozoide. Una mil millonésima de metro: el radio de una bacteria típica. Una billonésima de metro: el radio clásico del átomo más abundante del universo: el hidrógeno. Una mil billonésima de metro: más o menos, el radio clásico del electrón.

Pero ahora iniciemos el proceso contrario: contemos hacia arriba... y podemos encontrarnos con lo siguiente: Mil: el número de rayos que caen sobre la Tierra en un minuto. Un millón: ¿A quién no le gustaría tenerlo de sueldo cada mes?. Mil millones: la cadena de comida rápida McDonalds ha vendido cien veces esta cifra de hamburguesas. Puestas una al lado de otra, podemos dar la vuelta a la Tierra con ellas 200 veces y, después, ir y volver a la Luna tres veces. Y aún nos sobrarán números.

Pero sigamos... Un billón: si contáramos a una velocidad de cinco números por segundo, tardaríamos 6.000 años en llegar a esa cifra. Mil billones: cuando la población sobre la Tierra llegue a esa cifra, ya no podremos sentarnos. Para caber todos tendremos que estar de pie. Un trillón: es la cantidad de palabras y sonidos que los seres humanos hemos emitido desde que aparecimos sobre el planeta. También es, en promedio, el número de granos de arena de cualquier playa.

Mil millones de cuatrillones de cuatrillones de cuatrillones de cuatrillones: la cantidad de átomos que hay en el Universo, átomo arriba, átomo abajo.

Pero quedémonos en Mil trillones: es el número de estrellas que hay en el Universo. Así es de enorme el Universo en donde nos ha tocado nacer.

Hay quien piensa que el origen de los números se pierde en la noche de los tiempos y que hay que buscarlo en la necesidad de contar del ser humano. Sin embargo, los números son una abstracción humana, como los conceptos de suma, resta o potencia. Toda cosa o lugar que exista, o que imaginemos, ¡por muy fantástica que sea, en éste o en cualquier otro universo!, no podrá jamás eludir sus inflexibles reglas.

Los números nos hacen viajar a través del espacio y el tiempo, y ni los argumentos más grandilocuentes pueden imponerse a sus razones. Son la esencia de la ciencia, el progreso y el conocimiento humano. Hacer un viaje a los números es conocer el universo en su grandeza y en su pequeñez. Hay quien asegura que, incluso, conocer a Dios. De momento nos hace más comprensible la eternidad y el infinito.

viernes, 17 de julio de 2009

ALUNIZAJE en Blanco y Negro


Hace cuarenta años: Noche calurosa de verano alicantino. Recuerdo aquellos versos de Machado que decían: “mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla...” pues bien, en este caso: “... de Alicante”; decorado con las macetas de rigor y balsita incluida en uno de sus ángulos. Me veo sentado aquella noche muy expectante frente a un televisor en blanco y negro, el mismo donde solíamos ver: “Cesta y Puntos”, “Historias para no dormir” ,”Bonanza” y “Star Trek”. No hay clase al día siguiente, estamos en vacaciones, no hay que madrugar.

Cuatro días antes, 16 de Julio de 1969, el Apolo XI había partido desde Cabo Cañaveral rumbo a la Luna. Misión: pisar su polvoriento, pero a la vez enigmático, suelo. Había llegado el momento. Aquella noche del 20 de Julio una generación de adolescentes contemplábamos en directo el primer paso de un hombre sobre otro astro. Hubo mucha gente, especialmente octogenarios, que nunca creyeron semejantes aventuras. Pero no acabó ahí la cosa, sino que no han sido pocos los que han continuado afirmando que los alunizajes de los Estados Unidos en la Luna fueron un montaje, una gigantesca conspiración para aparentar su victoria en la carrera espacial contra la Unión Soviética.

Las principales argumentos esgrimidos por los conspiracionistas han sido, y son, algunas de las fotografías enviadas por las misiones, las cuales parecen mostrar, según su parecer, incoherencias que evidenciarían un supuesto montaje, demostrando que todo fue un engaño de la NASA.

Lo que pocas veces dejan claro es si niegan solo la llegada del Apolo XI a la Luna, ó también, el resto de las otras misiones, es decir: la 12, la 14, la 15, la 16 y la 17, en las cuales los astronautas realizaron muchos experimentos científicos, incluyendo la recolección de cientos de kilos de muestras del suelo y rocas. Pero hace años a algún genio se le ocurrió la idea de afirmar que todo fue un truco, una filmación en un estudio, quizás recordando aquella excelente película de “Capricornio 1” ó el menos acertado "Mirlo Rojo" de J.J. Benítez.

Pero veamos:

Una de las "pruebas" principales que intentaba apoyar la idea de la conspiración era que las huellas de los lunar róver, los vehículos transportados a la Luna en las últimas misiones, dan giros de casi 90 grados, lo cual consideran imposible. Esto puede explicarse simplemente leyendo el manual técnico del lunar róver para saber que tenía un sistema de tracción horizontal para facilitarle la maniobrabilidad en un espacio reducido.

Otro argumento es que la bandera estadounidense estaba "muy recta para ser natural", pero también desconocen que el mástil tenía un soporte metálico perpendicular, justamente para mantener la bandera recta. Y ¿por qué la bandera se mueve si no hay aire en la Luna? Pues, precisamente por esta misma razón. En el vacío un objeto impulsado no encuentra resistencia atmosférica y puede oscilar durante mucho tiempo.

También se afirma que en las fotografías no aparece estrella alguna en el oscuro cielo; pero cualquier astro-fotógrafo sabe que al fotografiar un primer plano brillante, como la superficie lunar, se elimina el registro de un cuerpo poco luminoso en segundo plano.

Pero lo más contundente es que cientos de radio-operadores y astrónomos en todo el mundo lograron rastrear las misiones Apolo y seguir sus trayectorias hasta la Luna. Incluso se observaron los restos de los módulos lunares en la superficie, y una de las misiones de la Unión Soviética fotografió el sitio de alunizaje del Apolo 11 en el Mar de la Tranquilidad. El Apolo 11 también fue rastreado por el poderoso telescopio del observatorio Jodrell Bank en Gran Bretaña.

Pero la prueba más importante es que si todo hubiera sido un fraude, sería en verdad el mayor de la historia, involucrando a más de 400.000 personas entre astronautas, técnicos, científicos, operadores y empleados, además de sus familias y amigos, todos aliados en un ”pacto secreto” extraordinario.

Todos los argumentos que esgrimen los que defienden que el hombre no llegó a la Luna pueden rebatirse. Es más, es curioso cómo algunos dicen primero que "no se fué a la Luna” y luego dicen que "si se fué, pero que la Nasa oculta que se vieron Ovnis allí". Entonces, ¿en qué quedamos?.

La Luna es nuestro satélite. Pero no solo eso, desde los cazadores primitivos hasta los poetas románticos, la Luna ha acompañado la vida de los hombres. Si no se ha vuelto a la Luna es porque es carísimo enviar allí hombres. Tras la última misión de los Apolo en 1972, se decidió que ya no tenía más utilidad y se cerró el grifo. Es una explicación muy poco romántica, lo sé, pero, según mi opinión, es la auténtica.

Para romanticismo me quedo con el recuerdo de aquella noche de verano en el difícil entorno de una agónica dictadura. Tampoco los conspiracionistas nos estropearán el privilegio de toda una generación que nos abríamos paso hacia la adolescencia, la mejor época para soñar, y además, como en la mayoría de los sueños, sucedió en blanco y negro.

Manuel Capella
http://www.manuelcapella.net

viernes, 19 de junio de 2009

¡¡PREOCUPADOS!!


Sería lo habitual, en estas fechas, haber escrito algo sobre el solsticio de verano, o sobre la noche mágica por excelencia, que es la del día de San Juan, o algo sobre el significado mágico que subyace en las hogueras de mi ciudad, Alicante, o sobre el reciente lanzamiento del cohete Atlas V, primer paso y antesala de un nuevo proyecto especial que devengará en un nuevo paseo del hombre sobre la Luna en el 2020. ¡2020! Madre, mía, lo que habrá sucedido de aquí hasta entonces en nuestro planeta dado los tiempos que corren. Desde luego que tenemos motivos para estar preocupados. No obstante, motivos para estar preocupados nunca nos van faltar.

Recuerdo, a pesar del tiempo transcurrido, unos veinticinco años, a una buena señora, y compañera, que asistía conmigo a las clases de Astrología que impartía Tito Maciá, entonces profesor, después gran amigo mío, en la alicantina calle Bazán. Su nombre, si mal no recuerdo, era Pepita. Se trataba de una señora un poquito mayor que yo por aquel entonces, muy inquieta, nerviosa, simpática y de las que suele caer bien a todo el mundo. También muy dicharachera y que no "se cortaba un pelo” en preguntar siempre aquello que creía oportuno, sobre todo si tenía relación con su carta astral y con todo aquello que ella consideraba que la astrología pudiera revelar sobre su vida. 

Pepita tenía la costumbre siempre, al terminar las clases, y carta astral en mano, de aproximarse hacia Tito Maciá para preguntarle aspectos pertenecientes a su vida. Mientras el resto de alumnos nos marchábamos, ella se quedaba siempre un rato más charlando con Tito intentando sonsacarle algo. Pepita parecía siempre angustiada y preocupada por un sinfín de cuestiones. Cuando no era por la clase de amigos con los que frecuentaba su hijo, era por el trabajo del “noviete” de su hija, cuando no era por los problemas económicos por los que atravesaba la empresa en la que trabajaba su marido, era por la frágil salud de su madre... y así todos los días.

Cierto día, Tito Maciá, supongo que un poco cansado de “hacer horas extras” debido a las insistentes preguntas de su alumna, decidió interpretar la carta de Pepita ante el resto de la clase para que todos aportáramos nuestras opiniones sobre la vida de Pepita y sus circunstancias. Cuando hubimos terminado, ella, y tras haber escuchado atentamente todo cuanto supimos decirle aquella tarde, dejó escapar un suspiro: - "¡Qué vida tan complicada!" - exclamó. Y en forma de lamento preguntó en voz alta: “¡Ay, cuándo dejarán de pasarme cosas!”. Se hizo un silencio. Pero alguien desde el fondo de la habitación respondió con voz decidida: “¡Cuando te mueras!”.

Y es que las personas pasamos la mayor parte de nuestro tiempo preocupadas. Casi diría yo –y creo que no exagero demasiado- que vivimos permanentemente preocupados. Nos preocupamos por los estudios, después por el trabajo, por el estatus, por el dinero, por nuestros hijos, por nuestros padres, por el vecino impertinente, por nuestra salud, por la hipoteca, por el colesterol, por el cáncer, por Obama, por Zapatero, por Rajoy, por la alopecia, porque no gana nuestro Real Madrid o Barcelona, por la conexión a internet, por dejar de fumar, por la ansiedad que tendremos tras dejar de fumar... y así día tras día. Ni siquiera cuando nos vamos de vacaciones dejamos de estar preocupados: hay que preparar la maleta, ir a la agencia de viajes, comparar precios, reservar el hotel, mirar a qué hora sale el avión, buscar el mejor itinerario... y otra preocupación que subyace latente siempre: ¿y si nos roban?, o aún peor... ¿y si tenemos algún accidente?.

Bien es verdad que hay “preocupaciones” y “preocupaciones”. Para muchos millones de humanos, su preocupación al levantarse por la mañanas es si podrán comer ese día. En el otro lado, existen las preocupaciones neuróticas que prácticamente carecen de importancia pero que curiosamente no podemos deshacernos de ellas. Si las preocupaciones nos han servido para conseguir objetivos anhelados las damos por bienvenidas. Las peores son las que han correspondido a las “batallas perdidas”. Perder batallas en las que, a lo largo de los años te has ido dejando no sólo el tiempo y las energías, si no las ilusiones, las esperanzas y hasta la piel.

Que nadie piense que los millonarios no tienen preocupaciones; claro que se preocupan... y mucho. André Kostolany uno de los mejores inversores en bolsa de la historia dijo:. “Cuando, pese a todo se gana dinero en la bolsa es el salario del dolor, primero llega el sufrimiento y después el dinero”. Tener dinero es una fuente de preocupación constante, sino, amigo lector, pásate alguna noche por los foros de economía y observarás cuanto se preocupa la gente de como invertir bien su dinero: ¿invierto mejor en Telefónica? ¿no será mejor en Endesa? ¿y por qué no en mercados emergentes? ...¡no, mucho riesgo!... ¡mejor en renta fija!... porque ¿subirán los tipos de interés?... ¡no mucho!, así que mejor me arriesgo e invierto en Bolsa... pero... ¿y si se produce un crack y me arruino?.

Las personas que son felices también viven preocupadas. ¿Acaso no hay mayor preocupación que perder la felicidad?. Pero, por si fuera poco, el ser humano no solo se preocupa por las cosas que le están pasando, es decir, por su presente, sino que también se preocupa por las cosas que le pueden suceder. Para regocijo de videntes y adivinos, millones de personas se preocupan por su futuro más, incluso, que por su presente. Y algunos de nosotros hasta también nos preocupamos por cosas que ni siquiera sabemos si existen o no, que pertenecen al terreno de lo espiritual, lo metafísico, lo desconocido: ¿Existirá vida después de la muerte? ¿Existirá un propósito para nuestra vida? ¿Existe un Dios que lo diseñó? ¿Y si existe, por qué se olvidó de mí? ¿Qué puñetas hago yo en este complicado mundo? ¿Existe vida en el espacio? ¿También “ellos” tendrán sus “preocupaciones”?.

Algunos, entre los que me incluyo, pertenecemos a un grupo considerado como “amantes del misterio”. Dentro de él existen diversidad de colectivos: unos estamos preocupados por suplir a través del misterio carencias existenciales. Otros estamos preocupados por “pisarnos” y desacreditarnos entre sí. Otros por vivir del cuento. Otros por forrarse a costa de los ignorantes. Otros, supongo que bastantes, por procurar hacer las cosas bien hechas y con honradez.

Y es que, en esta vida, pasamos ratos comiendo, bebiendo, riéndonos, haciendo poesía, haciendo el amor, haciendo la guerra, torturando, haciendo nuestras necesidades, divirtiéndonos, besándonos, aburriéndonos, llorando, soñando con un mundo mejor... pero todo ello lo hacemos a ratos. Pero lo que no dejamos nunca de hacer, sea de forma consciente o inconsciente, es estar preocupados. Porque ni siquiera mientras dormimos estamos a salvo de nuestras preocupaciones, éstas se manifiestan a través de los sueños y si las preocupaciones nos afectan de forma intensa las pesadillas nos avisan de ello.Si todo finaliza con la muerte, será entonces cuando dejemos de estar preocupados definitivamente, pero mientras estemos vivos permaneceremos preocupados. ¿Y si existe algo más? ¿Y si el Cielo fuera la ausencia de preocupaciones?. ¿Por qué no?, Porque en caso contrario, incluso la felicidad eterna nos ocasionaría preocupaciones, y muchas, ya lo creo ¿Acaso no temeremos perder un bien tan valioso?.

El inolvidable periodista y escritor español César González Ruano durante toda su larga vida padeció una constante "mala salud de hierro", de forma que muchas veces se le deshaució y se le dió falsamente por muerto. En cierta ocasión y a la vista de un reciente fallecido le decía a su interlocutor:- “¿Te has dado cuenta de que es mentira que los muertos parezca que están dormidos?. Lo que parece es que están muertos. Todos tiene cara de preocupados.” ¡Vaya, don César...qué cosas decía usted!.

Y me acuerdo de Pepita ¿qué habrá sido de ella?. ¡Jo, cómo pasa el tiempo!, veinticinco años, decíamos antes. No la he vuelto a ver. ¿Habrá dejado de tener preocupaciones?. "¡Ojalá que no! ¡Ojalá sigas con ellas Pepita, porque mientras estemos vivos no nos resta otra alternativa!". Aunque, bien mirado, si el bueno de don César González Ruano tuviera razón en su apreciación sobre la expresión de los muertos, entonces la muerte no sería el final de todo. ¡Qué alegría, verdad! Nos habríamos convertido en seres portadores de inmortalidad, nuestra mayor aspiración. Pero, no lo olvidemos nunca, también en almas eternamente preocupadas.

Manuel Capella
www.manuelcapella.net

martes, 2 de junio de 2009

Retrato de una madre


Hay una mujer que tiene algo de Dios por la inmensidad de su amor, y mucho de ángel por la incansable solicitud de sus cuidados; una mujer que, siendo joven, tiene la reflexión de una anciana, y en la vejez, trabaja con el vigor de la juventud; una mujer que, si es ignorante, descubre los secretos de la vida con más acierto que un sabio, y si es instruída, se acomoda a la simplicidad de los niños; una mujer que siendo pobre, se satisface con la felicidad de los que ama, y siendo rica daría con gusto su tesoro por no sufrir en su corazón la herida de la ingratitud; una mujer que siendo vigorosa se estremece con el llanto de un niño, y siendo débil se reviste a veces con la bravura de un león; una mujer que mientras viva, no la sabremos estimar, porque a su lado todos los dolores se olvidan, pero después de muerta, daríamos todo lo que somos y todo lo que tenemos por mirarla un solo instante, por recibir de ella un solo abrazo, por escuchar un sólo acento de sus labios.

De esta mujer no me exijáis el nombre, si no queréis que empape con lágrimas vuestro álbum, porque ya la ví pasar en mi camino.

Cuando crezcan vuestros hijos, leédles esta página y ellos, cubriendo de besos vuestra frente, os dirán que un humilde viajero en pago del suntuoso hospedaje recibido, ha dejado aquí, para vos y para ellos, un boceto del retrato de su madre.

domingo, 3 de mayo de 2009

El estornudo del Apocalipsis



Los misterios continúan cotizando a la baja. Puede deberse a una cuestión de modas o a que cualquier exceso se paga. Y exceso de misterio hemos tenido bastante, medios televisivos incluidos, durante los últimos años. Ahora, en estos tiempos que corren, la gente está tan preocupada en las cosas “del aquí” que no le queda mucho tiempo, ni ganas, para interesarse por los temas “del allá”.

Charlaba yo un día de estos con una buena amiga. Hablábamos sobre el asunto del que habla todo el mundo. Hace unas jornadas hubiese sido sobre la crisis económica y los cuatro millones de parados, pero en estos instantes es sobre la gripe porcina. “Esto es cosa de los americanos, de la industria farmacéutica que gana mucho dinero con estos asuntos” –me decía- . No recuerdo lo que le respondí, pero yo no estaba muy de acuerdo. Ella insistió: “Hay pruebas publicadas ya en internet, míralas y ya me dirás “.

Tan pronto dispuse de un rato libre busqué por la red. Encontré lo que buscaba. La cuestión puede resumirse así: “Expertos alertan sobre guerra biológica y el negocio de Donald Rumsfeld con la “gripe porcina” ¿Sabía usted que el virus de la influenza porcina apareció por primera vez en Estados Unidos y que el único medicamento al que parece responder es producido por un laboratorio del que es directivo y propietario Donald Rumsfeld?”

La información, que podemos encontrarla en numerosos blogs, generalmente de ideología izquierdista, señala que un investigador de biodefensa indonesio declaró el año pasado que Estados Unidos ya podía fabricar armas biológicas en el laboratorio de Los Álamos, usando muestras de la gripe aviar enviadas por Indonesia a la Organización Mundial de la Salud. Detalles sobre el tema aparecen en el libro “Es tiempo de que cambie el mundo: manos divinas detrás de la gripe aviar”, escrito por el ministro de Salud indonesio, Lori Price, quien subraya que la actual histeria provocada por el virus porcino podría dar grandes ganancias a Donald Rumsfeld, recordemos, uno de los impulsores de la guerra de Irak.

No estoy en disposición de saber si ello es verdad o no. Pero nadie lo está. Algo parecido sucedió con la aparición del sida y con otros asuntos similares. Los responsables, "culpables" mejor dicho, siempre terminan siendo las multinacionales capitalistas y la industria farmacéutica, aunque los que así opinan no sepan, ni intenten, explicar que haríamos los humanos si la industria farmacéutica desapareciese del mundo.

El asunto de la gripe porcina es serio, muy serio. Estamos hablando de vidas humanas. Más de un centenar en el momento de escribir estas líneas y no sabemos cuantas más dentro de quince días... o de un mes. Por ello, hay que llevar cuidado con lo que se dice y con lo que se escribe. En los laboratorios farmacéuticos del mundo entero se está investigando ahora mismo sobre ello, se está trabajando para buscar una vacuna. Y esta función también forma parte de lo que es la industria farmacéutica. Pero existen colectivos que siempre aparecen en escena cuando llegan estos casos. Son convidados ingénitos ante cualquier crisis mundial, nunca faltan. Los conspiracionistas es uno de ellos. Siempre ven una mano negra detrás de cualquier acontecimiento planetario.

Nunca he sido un conspiracionista. Soy de los que se creen que el hombre si llegó a la Luna en 1969, que la CIA nunca estuvo en contacto con seres alienígenas, ni que albergó a ninguno de ellos en el Área 51, y que las torres gemelas fueron derribadas por una acción terrorista sin mediación -directa o indirecta- del gobierno americano. ¡Que quieren que les diga!, puede que sea muy tonto, muy ingenuo, por pensar así, pero es lo que creo. Y cuando alguien me demuestre lo contrario cambiaré de opinión.

Otro colectivo, igualmente numeroso, es el de “los sanadores milagrosos” . Si esta gripe no se elimina, o controla, pronto, puede traducirse en un elevado número de potenciales clientes estafados. No digamos nada si, como ha advertido la OMS, el 50% de los habitantes de la UE podemos resultar infectados. También salen a escena los adivinos apocalípticos que ven, en cada crisis, señales de la proximidad del fin de los tiempos. Andamos ya muy cerca del 2012, el año marcado por el esoterismo predictivo como el del gran cambio de la humanidad. También los seguidores de Nostradamus han rebuscado en sus cuartetas una que podría coincidir con la aparición de esta gripe porcina. Leámosla: “llegarán a la gente, bestias con una horrible derrota”. Y es que en la antigüedad tenía una relación muy directa la palabra Bestia, con el Jabalí (cerdo salvaje) o el demonio, quedando siempre a la evaluación individual tan amplio significado.

Recuerdo la novela “Apocalipsis”, de Stephen King, quien por cierto, en estos momentos, está atravesando serios problemas de salud que todos deseamos que supere. En ella se relata como una variante mortal y altamente contagiosa del virus de la gripe se escapa de un laboratorio del ejército y comienza a propagarse por todo el mundo hasta que acaba con la práctica totalidad de la población del planeta. Después, los pocos supervivientes permanecen divididos entre las fuerzas del bien y las del mal para determinar quien reconstruirá el mundo.

Y como no recordar el desenlace final de “la guerra de los mundos”, en el cual los invencibles e invulnerables marcianos son derrotados por quienes menos pensaban: los seres mas diminutos de la naturaleza. Los mismos que ahora nos amenazan a nosotros. Pero ya sabemos que la realidad siempre supera a la ficción.

No obstante tampoco quiero ser un necio que se niega a ver el estado del mundo. Además, desde que he sido abuelo tal vez ahora vea las cosas con ojos diferentes. Seguro que no soy el único al que le ha sucedido: ¡qué mundo heredarán nuestros hijos y nietos! El mundo está enfermo, eso lo sabemos. Y cuando uno está enfermo mira con preocupación cualquier nuevo síntoma en su enfermedad. El siniestro jinete apocalíptico puede espolear su caballo en cualquier instante y comenzar a cabalgar a lomos de un Irán nuclear frente a un Israel también nuclear o mediante algo mucho menos estruendoso: un estornudo.


Manuel Capella
http://www.manuelcapella.net

jueves, 23 de abril de 2009

El Universo es una taza de café



Un profesor de Matemáticas de la Universidad de Duke ha descubierto junto a uno de sus alumnos un principio universal que une la curiosa interrelación de la luz y la sombra en la superficie de una sencilla taza de café, con la manera en que la gravedad magnifica y distorsiona la luz que proviene de distantes galaxias.

Están convencidos de que los científicos podrán ser capaces de utilizar los quebrantamientos de este principio para poder localizar acumulaciones invisibles de materia oscura en el Universo, según exponen en un artículo publicado en la edición del 23 de marzo del 'Journal of Mathematical Physics'.

Los rayos de luz describen de forma natural una curva de refracción parecida a la que ofrece la curvatura de la superficie interior de una taza de cafe, al modo de una hoja de hiedra que viene a apuntar en el centro y que presenta su parte más brillante a lo largo de su borde.

Los matemáticos y físicos denominan esa forma como curva de cúspide, y al borde brillante como 'caústico', basándose en una definición alternativa de diccionario que significa 'brillo ardiente', explica Arlie Petters, profesor de Matemáticas de Duke y responsable del curioso hallazgo. "Esto pasa porque un montón de rayos de luz pueden apilarse en dichas curvas", explica.

Descritos por Leonardo Da Vinci en el siglo XVI, los caústicos pueden verse por doquier en la vida cotidiana, por ejemplo en el reflejo de los rayos del sol en la superficie de una piscina o en el casco de un barco.

Pero los caústicos también se manifiestan en el Universo, concretamente en la disposición a modo de lente por efecto de la gravitación, causada porque las galaxias son tan masivas que su gravedad curva y distorsiona la luz de galaxias más lejanas. "Esto supone que su gravedad es tan poderosoa que algunos rayos de luz se apilan en esas curvaturas", explicó Pettrers.

"La Madre Naturtaleza ha creado estas cosas", afirmó. "Es asombroso que podamos ver en una taza de café la prolongación de un teorema matemático con efectos en el cosmos".

martes, 7 de abril de 2009

Sala de proyección. Hasta los huesos



En esta ocasión os queremos mostrar en la sala de proyección este tremendo trabajo del realizador mexicano Renè Castillo. Un trabajo que sin duda recuerda “La Novia Cadáver” de Tim Burton. Y sabiendo que el corto se rodó 4 años antes, es aún más sencillo reclamar responsabilidades al de California por sus innegables similitudes.
El protagonista, ya fallecido pero en un estadio intermedio antes de la muerte definitiva, se aferra a la vida resistiéndose a ese voraz gusano y evitando perder una flor, que es lo único que le queda del mundo de los vivos. Pero La Muerte no sólo es un atractivo local de fiestas donde el protagonista suda y no encaja, sino que además es inexorable. Y llega de la mano de una mujer, y como no, del tequila, elementos ambos indispensables en la tradición de Mexico, ese país orgulloso, pero vapuleado por mayores naciones; machista, pero a la vez adorador de la figura femenina.
Es la definición perfecta de lo que es un hombre enamorado hasta los huesos, capaz de perder todo lo poco que tiene, y morir por amor.

Saludos y hasta la próxima.

Publicado por: Carlos Martínez y Eduardo Sierra
www.simpasta.blogspot.com

viernes, 20 de febrero de 2009

Una Manzana en el Multiverso



Tengo que confesar que no me gusta nada su nombre, será que no estoy acostumbrado a escucharlo.

Me gusta mucho más el de "Universo". Porque la palabra "Universo" desprende encanto y misterio, sugiere fascinantes lugares. Sobre ese universo hemos forjado sueños en cada etapa de nuestra vida, hemos llenado muchas horas de nuestra imaginación. Por eso nos cuesta llamarle de otra manera. Sin embargo, tal vez debamos ir acostumbrándonos a otra palabra: "Multiverso".

Mi buen amigo Ricardo, un enamorado de la física cuántica, solía explicarme esto de las dimensiones mediante un curioso ejemplo. Relato que, por cierto, lo publiqué hace tiempo en el antiguo foro de la Seip, dando lugar a un interesante debate. Si os parece, lo recordamos nuevamente:

Imaginemos un universo en el que solo existan dos dimensiones: "el largo" y "el ancho". Hagamos un esfuerzo añadido e imaginémonos nosotros viviendo en él. No nos quedaría otra posibilidad que quedar convertidos en "polígonos": En tal mundo no habría ni blancos, ni negros, ni amarillos. Habitaríamos, "los triángulos”, “los pentágonos”, “los hexágonos”, “los octógonos”, "los círculos"... Nuestra existencia se vería limitada y circunscrita por las características propias de tal dimensión. Nosotros desconoceríamos que existen otros lugares con más dimensiones y otros seres diferentes a nosotros. Ignoramos que existen pelotas, cuadros, árboles...

Cierto día, un objeto tridimensional decide hacer una visita a nuestro mundo.

Ricardo solía ponerme el ejemplo de “una manzana”. Así, nuestra manzana, se aproximaría a nuestro universo bidimensional donde viviríamos dentro de nuestra singular existencia como polígonos. Ella nos observa tal cual somos: “polígonos”. Ella sí aprecia la realidad de nuestro universo porque posée una dimensión más que nosotros. Intenta llamarnos, comunicarse con nosotros. Nosotros, los polígonos escuchamos su llamada, pero no podemos verla tal como es. Solo podemos ver los puntos de intersección que forma ella al entrar en contacto con nuestro mundo bidimensional. De esta forma, para nosotros, la manzana tendría una forma muy diferente a como es realmente. Nuestra limitación nos impide verla tal cual es. Apesadumbrada, nuestra manzana se resigna y desiste de sus esfuerzos.

Hasta aquí, el ejemplo de mi buen amigo Ricardo González. El universo, y con él todo cuanto conocemos, no sería tal como creemos. Nuestra perspectiva deformaría la realidad.

Los científicos ya nos hablan del Multiverso. Sí, he escrito la palabra "científico", no la de "parapsicólogo", ni la de "visionario". Para aquellos que tengan dudas les remitiré a dos fenomenales documentales: "Viaje por el Espacio" y "Universos Paralelos", emitidos dentro de la Noche Temática en la 2 de Televisión Española y fácilmente localizables para descargarlos de Internet, lo cual recomiendo sin ninguna duda.

¿Un número de espacios infinitos?... No lo sabemos, pero el número de dimensiones algunos si lo establecen ya en once. En otro momento reflexionaremos sobre ellas. Tendremos que hacer un enorme esfuerzo por saber, entonces, por dónde andará nuestra manzana.

Manuel Capella

domingo, 8 de febrero de 2009

Einstein y el huevo frito




En la vida no alcanzamos a comprender ciertas cosas. Tal vez éstas si tengan una explicación sólo que nuestro conocimiento, a pesar de haberse desarrollado enormemente, es todavía limitado.

En una entrevista que dio una vez Einstein un periodista le pregunta:

- ¿Podría usted exlicarme la teoría de la relatividad, por favor?

Einstein de una forma única le responde:

- ¿Podría usted explicarme como hacer un huevo frito, por favor?.

El periodista lo mira extrañado

- Pero trate de explicármelo si yo no supiera qué es un huevo, qué es es el aceite, qué es el fuego y qué es la sarten.

miércoles, 21 de enero de 2009

EL ASTROLABIO




Al igual que hace algún tiempo os presentamos “El artificio de Juanelo”, en esta ocasión os queremos hablar de un invento no menos curioso “El Astrolabio”.

Etimológicamente astrolabio proviene del griego "astron" astro y "lanbanien" tomar, buscar, es decir, buscador de astros. Más tarde pasó a ser una representación gráfica de la esfera celeste, siguiendo las teorías geocéntricas de Tolomeo. El invento del astrolabio se atribuye a Diógenes Laercio, Berosio el Caldeo, Arquímedes, Teodosio de Bitinia, etc.. Delambre atribuye a Hiparco la invención del astrolabio plano. Otros estudiosos de la cuestión opinan que fue Tolomeo el inventor del astrolabio plano. Tras caer en desuso, el astrolabio volvió a ser usado por los astrónomos árabes, que el califa Al Ma'mun reunió en la Casa de la Sabiduría de Bagdad, en la primera mitad del siglo X. El astrolabio era utilizado por los árabes para resolver algunos problemas de triángulos esféricos relacionados con las practicas religiosas, tales como predecir con exactitud el momento en el que comienza el Ramadán . Los astrolabios eran usados para determinar la latitud a partir de la posición de las estrellas. Los marineros musulmanes a menudo los usaban también para calcular el horario de oración y encontrar la dirección hacia la Meca.

El astrolabio más antiguo del mundo fue construido por Nastulus hacia el 927 y se conserva en el Museo Nacional de Kuwait. Durante los siglos XVI hasta el XVIII el astrolabio fue utilizado como el principal instrumento de navegación hasta la invención del sextante. El astrolabio se basa en la proyección estereográfica de la esfera. En su forma original requería una placa de coordenadas de horizonte distinta para cada latitud, pero en el siglo XI el astrónomo Azarquiel, en al-Andalus, inventó una placa única que servía para todas las latitudes. La obra maestra de la técnica de fabricación de astrolabios fue la del sirio ibn al-Shatir, una herramienta matemática que podía ser usada para resolver todos los problemas comunes de astronomía esférica de cinco formas diferentes.

A mediados del siglo XIII Alfonso X El Sabio, de Castilla, creó la Escuela de traductores de Toledo, donde numerosas obras Islámicas fueron traducidas, sentándose las bases para la realización de unas nuevas tablas astronómicas. En Europa el Astrolabio llegó a ser instrumento de uso imprescindible para Astrónomos, Astrólogos y Agrimensores, hasta finales del siglo XVII en el que fue reemplazado por instrumentos más exactos (telescopio). En el mundo Arabe su uso se prolongó hasta el siglo XIX. Y las primeras notas que encontramos del desarrollo del Astrolabio se refieren al Centro de Investigaciones de Alejandría.

Saludos y hasta la próxima.

Eduardo Sierra.

viernes, 9 de enero de 2009

Oscuro y con misterio


Con cariño, recuerdo aquellas reflexiones que nos expresaba el entrañable Luis Jiménez Marhuenda compartiendo programa radiofónico en la emisora Onda 2000. “Manolo, la mejor forma de conseguir un mundo mejor es enviar mentalmente pensamientos positivos hacia el cosmos. Todo lo que allí se envía nos es devuelto. Existen energías y dimensiones que desconocemos, imperceptibles, pero que ejercen su función en el orden cósmico. Y la tierra está rodeada por un manto de vibraciones negativas que debemos convertir en positivas mediante nuestros pensamientos”. En síntesis éste era el mensaje de Luis.

La idea, que podríamos situarla entre la “Gaia de James Loveloft” y “el alma ó inconsciente colectivo de la especie humana", parte de la creencia de que cada uno de nosotros pertenecemos a “un todo”, somos una parte, proyección o manifestación de “él”; al igual que “él” está formado por cada uno de nosotros. Cada mente influye en “él” y “él” en nosotros, siendo inseparables. Sensaciones, recuerdos y experiencias nos vienen de allí, a la vez que nosotros le emitimos constantemente las nuestras. Un poeta, al hacer poesía, está trasmitiendo sensaciones y, a la vez, recibe su fuente de inspiración originada por otros tantos poetas anteriores.

Y me he acordado de Luis, porque, hace un mes, en diciembre pasado, casi sin darnos cuenta, sin que ello interesara a nadie, sin que haya repercutido en ningún medio de comunicación, ignorada del todo; descubrimos una noticia. Disipada entre las falacias financieras con las que terminamos el año, esta noticia suponía la confirmación de uno de los descubrimientos más importantes jamás habido.

Todo había comenzado diez años atrás. En diciembre de 1997, el telescopio espacial Hubble detectó un tremendo fogonazo procedente de 10.000 millones de años atrás: se trataba de la explosión de una supernova en una lejana galaxia elíptica. Era la supernova más distante jamás observada y, sobre todo, la evidencia más importante de que nuestro universo es más extraño de lo que podamos imaginar, y eso que la imaginación humana, como todos sabemos, es muy amplia. Si lo que se deducía de las observaciones astronómicas era cierto, y todo parecía indicarlo así, las dos terceras partes del universo estaban conformadas por "una energía oscura” que funciona, a grandes escalas, como si se tratara de una gravedad negativa, como una fuerza repulsora cósmica.

La existencia de esta energía oscura que llena el universo fue anunciada al mundo en 1998 por dos grupos de astrónomos. Diez años más tarde, en diciembre pasado, se ha constatado que esta energía oscura frena la expansión del universo, induciendo que éste no se dilate eternamente en el infinito. La materia oscura está hecha de algo diferente a los átomos y partículas subatómicas con los que jugamos en laboratorios y aceleradores de partículas. Si esto sucede, es que hay "alguien" que empuja, alguien que recibe el nombre de “energía oscura”. ¿Puede existir algún tipo de vida o pensamiento en esa ”materia oscura”?. ¿Influyó también en la gran explosión inicial del universo?,¡vaya preguntas!. El Nobel de Física, Steven Weinberg, ha argumentado “Es difícil ofrecer una respuesta acertada cuando no entendemos la pregunta”. Una nueva teoría física señala que la energía oscura estaría disimulada en dimensiones desconocidas. ¡Caramba, si todo esto se parece bastante a lo que nos decía el bueno de Luis!

Este año 2009 no pinta bien. Pero quien sabe. Hay que hacer tiempo en este principio del año dedicado a la Astronomía, entre las colas de parados que aumentan y las bombas de racimo que estallan, entre la proclamación de Barack Obama como líder mundial y la gente que va poniendo las llaves de sus pisos en el mostrador de los bancos; para elevar durante unos minutos la mirada al cosmos. Cada vez sabemos más cosas de él. Ahora la ciencia nos ha confirmado que un gran misterio habita en su oscuridad.


Manuel Capella