Decía Teilhard de Chaldrin que, en la escala de lo cósmico, solo lo fantástico tiene posibilidades de ser verdadero. Y tan proverbial resultó ser su reflexión que son, hoy ya, un buen número de físicos –hemos escrito "físicos", si- los que han incorporado dentro de su vocabulario palabras como "supercuerdas", "agujeros de gusano", "mundos paralelos"... La mecánica cuántica y la relatividad parecen demostrar el fracaso del orden mecanicista y explican que nuestro universo, tan inconmensurable como nos parecía y sin que apenas hayamos comenzado a descubrirlo, sería como una "burbuja" coexistiendo con otros universos.

La sola idea de un "multiverso", incrustado dentro de "once dimensiones", y mostrando unas realidades moldeables y, por supuesto, más complejas de la que perciben nuestros limitados sentidos, nos obliga a desplegar nuestra mente, no digamos nuestra imaginación... La "vida" podría ser "sueño" y los "sueños, "realidad", y todo cuanto nos sucede podría ser oasis ficticios de una conciencia, la nuestra, que está en otro lugar... Y es que algunas cosas no son como nos parecen: Hace mil años creíamos que nuestro universo terminaba en Saturno. En el mundo material las cosas están separadas espacialmente, pero nosotros no lo hemos sabido hasta hace poco porque percibimos su solidez.


Legendaria Avalon, sumergida en brumas y maravillas, isla del reino de las Hadas, del helénico Jardín de las Hespérides, el lugar donde son portadores de eternidad, Arturo, Morgana o Merlín; donde habita escondido de los hombres el Santo Grial... Mítica Avalon, al igual que Shambala o Agarta, lugares mágicos por excelencia, lugares de paso a universos prohibidos . Tal vez, algún día, tus brumas se disipen y podremos acceder a la realidad. ¿Pero qué realidad? No lo sabemos. Quizás no lo sepamos nunca. Hoy, de momento, hay quien piensa, físicos incluidos, que el Universo está empezando a parecerse más a un gran pensamiento que a una gran máquina.

jueves, 3 de enero de 2008

El vampiro de Dusseldorf


Acabo de ver una película de culto, no lo había hecho hasta ahora. "El Vampiro de Dusseldorf" lo es en tres sentidos

1) M de Mörder

Canciones, juegos infantiles, escaleras, un globo, silbidos, la sombra recortada en el cartel, el uso del fuera de campo y las elipsis.

Los encuadres. La atmósfera asfixiante del psicópata.
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2) La caza

Las dos caras de la sociedad. Montaje en paralelo. La policía y el sindicato del crimen. Histeria colectiva. La encerrona. La creación de los espacios. Dos ojos grandes y perlados de sudor.

Cambia el punto de vista; el sustrato moral se tambalea.
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3) Juicios

La esquizofrenia al desnudo: El monólogo más sobrecogedor de la historia del cine.
Las dos caras de la verdad.
Final semiabierto.
Sucedió lo irremediable.
Sólo queda el dolor.
Quien esté libre de pecado…
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Nada es sencillo, todo tiene su reverso, lo que empieza como una afilada sinfonía del horror acaba siendo una lección inolvidable de psicopatología, M. Y es que la vida puede ser una terrible enfermedad.

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