Decía Teilhard de Chaldrin que, en la escala de lo cósmico, solo lo fantástico tiene posibilidades de ser verdadero. Y tan proverbial resultó ser su reflexión que son, hoy ya, un buen número de físicos –hemos escrito "físicos", si- los que han incorporado dentro de su vocabulario palabras como "supercuerdas", "agujeros de gusano", "mundos paralelos"... La mecánica cuántica y la relatividad parecen demostrar el fracaso del orden mecanicista y explican que nuestro universo, tan inconmensurable como nos parecía y sin que apenas hayamos comenzado a descubrirlo, sería como una "burbuja" coexistiendo con otros universos.

La sola idea de un "multiverso", incrustado dentro de "once dimensiones", y mostrando unas realidades moldeables y, por supuesto, más complejas de la que perciben nuestros limitados sentidos, nos obliga a desplegar nuestra mente, no digamos nuestra imaginación... La "vida" podría ser "sueño" y los "sueños, "realidad", y todo cuanto nos sucede podría ser oasis ficticios de una conciencia, la nuestra, que está en otro lugar... Y es que algunas cosas no son como nos parecen: Hace mil años creíamos que nuestro universo terminaba en Saturno. En el mundo material las cosas están separadas espacialmente, pero nosotros no lo hemos sabido hasta hace poco porque percibimos su solidez.


Legendaria Avalon, sumergida en brumas y maravillas, isla del reino de las Hadas, del helénico Jardín de las Hespérides, el lugar donde son portadores de eternidad, Arturo, Morgana o Merlín; donde habita escondido de los hombres el Santo Grial... Mítica Avalon, al igual que Shambala o Agarta, lugares mágicos por excelencia, lugares de paso a universos prohibidos . Tal vez, algún día, tus brumas se disipen y podremos acceder a la realidad. ¿Pero qué realidad? No lo sabemos. Quizás no lo sepamos nunca. Hoy, de momento, hay quien piensa, físicos incluidos, que el Universo está empezando a parecerse más a un gran pensamiento que a una gran máquina.

miércoles, 16 de enero de 2008

Drama en el comercio

Tengo 28 años y en octubre abrí una pequeña tienda de ropa y accesorios para la moto. En realidad, mi ilusión era comprarme un piso, pero, visto lo visto, decidí invertir en dicha tienda. Mi madre me tomaba por loco, ya que me decía que eso era para ricos y no para un trabajador de clase media-baja como yo. Pero no la escuché y lo hice. Después de pagar al banco, notario, alquiler, desorbitada fianza, desorbitados honorarios a la inmobiliaria, gestoría, altas de agua, luz, teléfono, autónomos, Seguridad Social, reformas, material, ingeniero, alquiler, impuesto de basuras... Aún así y todo, todavía le queda por chupar a mi amado Ayuntamiento, que aún no sabe que tasa me cobrara. ¿Me dejarán respirar algún día?. Y encima ni me dan las gracias por haber contribuido en mejorar el motor económico de mi comunidad. Pues yo si que doy las gracias, gracias a todos porque la próxima vez haré caso a mi madre, que es la que realmente hace que merezca la pena seguir adelante.

R.R.

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