Decía Teilhard de Chaldrin que, en la escala de lo cósmico, solo lo fantástico tiene posibilidades de ser verdadero. Y tan proverbial resultó ser su reflexión que son, hoy ya, un buen número de físicos –hemos escrito "físicos", si- los que han incorporado dentro de su vocabulario palabras como "supercuerdas", "agujeros de gusano", "mundos paralelos"... La mecánica cuántica y la relatividad parecen demostrar el fracaso del orden mecanicista y explican que nuestro universo, tan inconmensurable como nos parecía y sin que apenas hayamos comenzado a descubrirlo, sería como una "burbuja" coexistiendo con otros universos.

La sola idea de un "multiverso", incrustado dentro de "once dimensiones", y mostrando unas realidades moldeables y, por supuesto, más complejas de la que perciben nuestros limitados sentidos, nos obliga a desplegar nuestra mente, no digamos nuestra imaginación... La "vida" podría ser "sueño" y los "sueños, "realidad", y todo cuanto nos sucede podría ser oasis ficticios de una conciencia, la nuestra, que está en otro lugar... Y es que algunas cosas no son como nos parecen: Hace mil años creíamos que nuestro universo terminaba en Saturno. En el mundo material las cosas están separadas espacialmente, pero nosotros no lo hemos sabido hasta hace poco porque percibimos su solidez.


Legendaria Avalon, sumergida en brumas y maravillas, isla del reino de las Hadas, del helénico Jardín de las Hespérides, el lugar donde son portadores de eternidad, Arturo, Morgana o Merlín; donde habita escondido de los hombres el Santo Grial... Mítica Avalon, al igual que Shambala o Agarta, lugares mágicos por excelencia, lugares de paso a universos prohibidos . Tal vez, algún día, tus brumas se disipen y podremos acceder a la realidad. ¿Pero qué realidad? No lo sabemos. Quizás no lo sepamos nunca. Hoy, de momento, hay quien piensa, físicos incluidos, que el Universo está empezando a parecerse más a un gran pensamiento que a una gran máquina.

martes, 7 de abril de 2009

Sala de proyección. Hasta los huesos



En esta ocasión os queremos mostrar en la sala de proyección este tremendo trabajo del realizador mexicano Renè Castillo. Un trabajo que sin duda recuerda “La Novia Cadáver” de Tim Burton. Y sabiendo que el corto se rodó 4 años antes, es aún más sencillo reclamar responsabilidades al de California por sus innegables similitudes.
El protagonista, ya fallecido pero en un estadio intermedio antes de la muerte definitiva, se aferra a la vida resistiéndose a ese voraz gusano y evitando perder una flor, que es lo único que le queda del mundo de los vivos. Pero La Muerte no sólo es un atractivo local de fiestas donde el protagonista suda y no encaja, sino que además es inexorable. Y llega de la mano de una mujer, y como no, del tequila, elementos ambos indispensables en la tradición de Mexico, ese país orgulloso, pero vapuleado por mayores naciones; machista, pero a la vez adorador de la figura femenina.
Es la definición perfecta de lo que es un hombre enamorado hasta los huesos, capaz de perder todo lo poco que tiene, y morir por amor.

Saludos y hasta la próxima.

Publicado por: Carlos Martínez y Eduardo Sierra
www.simpasta.blogspot.com

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