Decía Teilhard de Chaldrin que, en la escala de lo cósmico, solo lo fantástico tiene posibilidades de ser verdadero. Y tan proverbial resultó ser su reflexión que son, hoy ya, un buen número de físicos –hemos escrito "físicos", si- los que han incorporado dentro de su vocabulario palabras como "supercuerdas", "agujeros de gusano", "mundos paralelos"... La mecánica cuántica y la relatividad parecen demostrar el fracaso del orden mecanicista y explican que nuestro universo, tan inconmensurable como nos parecía y sin que apenas hayamos comenzado a descubrirlo, sería como una "burbuja" coexistiendo con otros universos.

La sola idea de un "multiverso", incrustado dentro de "once dimensiones", y mostrando unas realidades moldeables y, por supuesto, más complejas de la que perciben nuestros limitados sentidos, nos obliga a desplegar nuestra mente, no digamos nuestra imaginación... La "vida" podría ser "sueño" y los "sueños, "realidad", y todo cuanto nos sucede podría ser oasis ficticios de una conciencia, la nuestra, que está en otro lugar... Y es que algunas cosas no son como nos parecen: Hace mil años creíamos que nuestro universo terminaba en Saturno. En el mundo material las cosas están separadas espacialmente, pero nosotros no lo hemos sabido hasta hace poco porque percibimos su solidez.


Legendaria Avalon, sumergida en brumas y maravillas, isla del reino de las Hadas, del helénico Jardín de las Hespérides, el lugar donde son portadores de eternidad, Arturo, Morgana o Merlín; donde habita escondido de los hombres el Santo Grial... Mítica Avalon, al igual que Shambala o Agarta, lugares mágicos por excelencia, lugares de paso a universos prohibidos . Tal vez, algún día, tus brumas se disipen y podremos acceder a la realidad. ¿Pero qué realidad? No lo sabemos. Quizás no lo sepamos nunca. Hoy, de momento, hay quien piensa, físicos incluidos, que el Universo está empezando a parecerse más a un gran pensamiento que a una gran máquina.

domingo, 8 de febrero de 2009

Einstein y el huevo frito




En la vida no alcanzamos a comprender ciertas cosas. Tal vez éstas si tengan una explicación sólo que nuestro conocimiento, a pesar de haberse desarrollado enormemente, es todavía limitado.

En una entrevista que dio una vez Einstein un periodista le pregunta:

- ¿Podría usted exlicarme la teoría de la relatividad, por favor?

Einstein de una forma única le responde:

- ¿Podría usted explicarme como hacer un huevo frito, por favor?.

El periodista lo mira extrañado

- Pero trate de explicármelo si yo no supiera qué es un huevo, qué es es el aceite, qué es el fuego y qué es la sarten.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bueno, muy bueno. No lo conocía. Saludos. Paco

Anónimo dijo...

Efectivamente, amigos de Círculo Avalón, este relato nos hace reflexionar sobre las cosas que nos son incomprensibles porque nuestros parámetros mentales solo alcanzan determinados niveles.
Saludos
Ricardo

Anónimo dijo...

Que jovencito está don Alberto en esta foto. Abrazos de José Gómez.