
No puedo anteponer a sus nombres, algunas de las siguientes palabras: queridos, admirados, amigos, respetables, etc. No me salen de la mente y los adjetivos que se merecen, no puedo ni quiero escribirlos.
No quiero perder la oportunidad de darles mi más sincera enhorabuena por sus brillantes trayectorias políticas.
En el 2004 llegaron a la elite política, después de unos trágicos, lamentables y horrorosos atentados en Madrid. Cuando el PSOE ganó las elecciones, uno Presidente del Gobierno, y el otro Líder de la oposición.
Aunque sea difícil, han conseguido romper la unidad democrática de España, tras la transición. De nuevo hay dos España, que como entonces, no se aman. Hemos vuelto a finales del Imperio Español del siglo XIX, época en la cual en el Imperio de España no se ponía el sol, y ya nos las tuvimos que ver con filibusteros, piratas, asaltantes de caminos e indocumentados de toda clase y condición, los cuales estaban pendientes de nuestros galeones que cursaban el mar océano con las panzas llenas del oro que se extraía de las americas, con el sudor de miles de esclavos y que servían para pagar las guerras y las inútiles vidas de personajillos de la mas alta alcurnia, los cuales, como en la actualidad, viven ajenos a cualquier atisbo de realidad socioeconómica, crisis y penurias, provocando el enfrentamiento entre españoles.
En la actualidad esta pandilla con derecho de pernada en las arcas publicas, dirigiendo a la plebe cual borreguito con pocas luces y, que en su condición divina de iluminados por los dioses partidarios, se creen que lo hacen con derecho adquirido ha realizar actos propios de los antiguos piratas.
Lo triste de esta situación, es que seguimos permitiéndolo como si siguiéramos siendo aquel pueblo ignorante y buscavidas, de calles enfangadas y sin pavimentar y no el pueblo moderno, inteligente, con acceso a la formación y a la educación, aunque elementos con patente de corso en las Administraciones se empeñen en lo contrario, favorecidos por derecho familiar y buena cuna.
Vemos continuamente que la justicia no es igual para todo el mundo, por mucho que nuestra Constitución así lo diga bien alto en sus artículos principales, seguidos de los derechos de la ciudadanía patria. La Dama de La Justicia se creó con los ojos vendados por púdicos trapos en los cuales se ponía en conocimiento de la humanidad que ella era ciega a cualquier condición por otro. Pero se olvidaron de sus oídos y estos oyen en demasía por un lado y causa discapacidad, digna de la Ayuda de la Dependencia, para con según que nombres.
Los personajes que tienen patente de corso en las instituciones ,se escudan en que es normal que les regalen flamantes obsequios por parte de desinteresadas personas, que se preocupan de lo poco que cobran sus señorías y lo mal que saldrán de sus cargos a la actividad privada, la cual muchos de ellos no han dejado.
No hay de que preocuparse, esto pasara como han pasado otras cosas. Nadie pagará por ello, bueno eso no es cierto ,ya que los impuestos están para eso, para sufragar las contratas que los corsarios públicos están proporcionando a esos desinteresados ciudadanos que solo piensan en enriquecerse ilícitamente con el dinero de los ciudadanos de este país.
Están destruyendo los pilares fundamentales de una pacífica convivencia: la moral, la cultura, la educación, la sanidad. ¡Enhorabuena!
Se han apoyado y siguen apoyándose en las burguesías nacionalistas para sacar adelante sus políticas, por lo que cada vez, España esta más dividida e hipotecada por los favores que tendrán que devolver a dichas burguesías. ¡Enhorabuena!
Estos dirigentes políticos no son dignos de la transición, están dilapidando el patrimonio político colectivo recibido, se pasan las legislaturas ajustando cuentas pasadas, su legado es el enfrentamiento entre los ciudadanos, territorios, lenguas, etc, asistimos al desmantelamiento del Estado como garante de los derechos fundamentales de los ciudadanos.
Esta clase política que nos gobierna tanto en el Estado como en las distintas CC.AA. nos imponen una democracia de “cara y cruz” en la que cada uno espera con anhelo la alternancia en el poder, pero no nos proponen alternativa alguna para convivir, para entendernos entre nosotros, en definitiva para razonar.
Los ciudadanos nos encontramos en medio de un fuego cruzado que nos perjudica, nos hiere y no nos da sosiego alguno, siempre con problemas, sobresaltos, prejuicios, intereses, corrupción, xenofobia, etc.
No se afrontan las cosas públicas con reflexión y seriedad, los grandes partidos PP – PSOE se lo plantean todo con ansiedad, la ansiedad del momento, llegando a producir una profunda depresión a la ciudadanía apuntalando el concepto de “O Yo o el Caos”.
Tenemos por tanto el deber de posibilitar una Alternativa real, con ilusión, trabajo y honestidad, porque al final son los ciudadanos libres e iguales quienes deciden.
Oscar Aliaga