
Los misterios continúan cotizando a la baja. Puede deberse a una cuestión de modas o a que cualquier exceso se paga. Y exceso de misterio hemos tenido bastante, medios televisivos incluidos, durante los últimos años. Ahora, en estos tiempos que corren, la gente está tan preocupada en las cosas “del aquí” que no le queda mucho tiempo, ni ganas, para interesarse por los temas “del allá”.
Charlaba yo un día de estos con una buena amiga. Hablábamos sobre el asunto del que habla todo el mundo. Hace unas jornadas hubiese sido sobre la crisis económica y los cuatro millones de parados, pero en estos instantes es sobre la gripe porcina. “Esto es cosa de los americanos, de la industria farmacéutica que gana mucho dinero con estos asuntos” –me decía- . No recuerdo lo que le respondí, pero yo no estaba muy de acuerdo. Ella insistió: “Hay pruebas publicadas ya en internet, míralas y ya me dirás “.
Tan pronto dispuse de un rato libre busqué por la red. Encontré lo que buscaba. La cuestión puede resumirse así: “Expertos alertan sobre guerra biológica y el negocio de Donald Rumsfeld con la “gripe porcina” ¿Sabía usted que el virus de la influenza porcina apareció por primera vez en Estados Unidos y que el único medicamento al que parece responder es producido por un laboratorio del que es directivo y propietario Donald Rumsfeld?”
La información, que podemos encontrarla en numerosos blogs, generalmente de ideología izquierdista, señala que un investigador de biodefensa indonesio declaró el año pasado que Estados Unidos ya podía fabricar armas biológicas en el laboratorio de Los Álamos, usando muestras de la gripe aviar enviadas por Indonesia a la Organización Mundial de la Salud. Detalles sobre el tema aparecen en el libro “Es tiempo de que cambie el mundo: manos divinas detrás de la gripe aviar”, escrito por el ministro de Salud indonesio, Lori Price, quien subraya que la actual histeria provocada por el virus porcino podría dar grandes ganancias a Donald Rumsfeld, recordemos, uno de los impulsores de la guerra de Irak.
No estoy en disposición de saber si ello es verdad o no. Pero nadie lo está. Algo parecido sucedió con la aparición del sida y con otros asuntos similares. Los responsables, "culpables" mejor dicho, siempre terminan siendo las multinacionales capitalistas y la industria farmacéutica, aunque los que así opinan no sepan, ni intenten, explicar que haríamos los humanos si la industria farmacéutica desapareciese del mundo.
El asunto de la gripe porcina es serio, muy serio. Estamos hablando de vidas humanas. Más de un centenar en el momento de escribir estas líneas y no sabemos cuantas más dentro de quince días... o de un mes. Por ello, hay que llevar cuidado con lo que se dice y con lo que se escribe. En los laboratorios farmacéuticos del mundo entero se está investigando ahora mismo sobre ello, se está trabajando para buscar una vacuna. Y esta función también forma parte de lo que es la industria farmacéutica. Pero existen colectivos que siempre aparecen en escena cuando llegan estos casos. Son convidados ingénitos ante cualquier crisis mundial, nunca faltan. Los conspiracionistas es uno de ellos. Siempre ven una mano negra detrás de cualquier acontecimiento planetario.
Nunca he sido un conspiracionista. Soy de los que se creen que el hombre si llegó a la Luna en 1969, que la CIA nunca estuvo en contacto con seres alienígenas, ni que albergó a ninguno de ellos en el Área 51, y que las torres gemelas fueron derribadas por una acción terrorista sin mediación -directa o indirecta- del gobierno americano. ¡Que quieren que les diga!, puede que sea muy tonto, muy ingenuo, por pensar así, pero es lo que creo. Y cuando alguien me demuestre lo contrario cambiaré de opinión.
Otro colectivo, igualmente numeroso, es el de “los sanadores milagrosos” . Si esta gripe no se elimina, o controla, pronto, puede traducirse en un elevado número de potenciales clientes estafados. No digamos nada si, como ha advertido la OMS, el 50% de los habitantes de la UE podemos resultar infectados. También salen a escena los adivinos apocalípticos que ven, en cada crisis, señales de la proximidad del fin de los tiempos. Andamos ya muy cerca del 2012, el año marcado por el esoterismo predictivo como el del gran cambio de la humanidad. También los seguidores de Nostradamus han rebuscado en sus cuartetas una que podría coincidir con la aparición de esta gripe porcina. Leámosla: “llegarán a la gente, bestias con una horrible derrota”. Y es que en la antigüedad tenía una relación muy directa la palabra Bestia, con el Jabalí (cerdo salvaje) o el demonio, quedando siempre a la evaluación individual tan amplio significado.
Recuerdo la novela “Apocalipsis”, de Stephen King, quien por cierto, en estos momentos, está atravesando serios problemas de salud que todos deseamos que supere. En ella se relata como una variante mortal y altamente contagiosa del virus de la gripe se escapa de un laboratorio del ejército y comienza a propagarse por todo el mundo hasta que acaba con la práctica totalidad de la población del planeta. Después, los pocos supervivientes permanecen divididos entre las fuerzas del bien y las del mal para determinar quien reconstruirá el mundo.
Y como no recordar el desenlace final de “la guerra de los mundos”, en el cual los invencibles e invulnerables marcianos son derrotados por quienes menos pensaban: los seres mas diminutos de la naturaleza. Los mismos que ahora nos amenazan a nosotros. Pero ya sabemos que la realidad siempre supera a la ficción.
No obstante tampoco quiero ser un necio que se niega a ver el estado del mundo. Además, desde que he sido abuelo tal vez ahora vea las cosas con ojos diferentes. Seguro que no soy el único al que le ha sucedido: ¡qué mundo heredarán nuestros hijos y nietos! El mundo está enfermo, eso lo sabemos. Y cuando uno está enfermo mira con preocupación cualquier nuevo síntoma en su enfermedad. El siniestro jinete apocalíptico puede espolear su caballo en cualquier instante y comenzar a cabalgar a lomos de un Irán nuclear frente a un Israel también nuclear o mediante algo mucho menos estruendoso: un estornudo.
Manuel Capella
http://www.manuelcapella.net