Decía Teilhard de Chaldrin que, en la escala de lo cósmico, solo lo fantástico tiene posibilidades de ser verdadero. Y tan proverbial resultó ser su reflexión que son, hoy ya, un buen número de físicos –hemos escrito "físicos", si- los que han incorporado dentro de su vocabulario palabras como "supercuerdas", "agujeros de gusano", "mundos paralelos"... La mecánica cuántica y la relatividad parecen demostrar el fracaso del orden mecanicista y explican que nuestro universo, tan inconmensurable como nos parecía y sin que apenas hayamos comenzado a descubrirlo, sería como una "burbuja" coexistiendo con otros universos.

La sola idea de un "multiverso", incrustado dentro de "once dimensiones", y mostrando unas realidades moldeables y, por supuesto, más complejas de la que perciben nuestros limitados sentidos, nos obliga a desplegar nuestra mente, no digamos nuestra imaginación... La "vida" podría ser "sueño" y los "sueños, "realidad", y todo cuanto nos sucede podría ser oasis ficticios de una conciencia, la nuestra, que está en otro lugar... Y es que algunas cosas no son como nos parecen: Hace mil años creíamos que nuestro universo terminaba en Saturno. En el mundo material las cosas están separadas espacialmente, pero nosotros no lo hemos sabido hasta hace poco porque percibimos su solidez.


Legendaria Avalon, sumergida en brumas y maravillas, isla del reino de las Hadas, del helénico Jardín de las Hespérides, el lugar donde son portadores de eternidad, Arturo, Morgana o Merlín; donde habita escondido de los hombres el Santo Grial... Mítica Avalon, al igual que Shambala o Agarta, lugares mágicos por excelencia, lugares de paso a universos prohibidos . Tal vez, algún día, tus brumas se disipen y podremos acceder a la realidad. ¿Pero qué realidad? No lo sabemos. Quizás no lo sepamos nunca. Hoy, de momento, hay quien piensa, físicos incluidos, que el Universo está empezando a parecerse más a un gran pensamiento que a una gran máquina.

viernes, 17 de julio de 2009

ALUNIZAJE en Blanco y Negro


Hace cuarenta años: Noche calurosa de verano alicantino. Recuerdo aquellos versos de Machado que decían: “mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla...” pues bien, en este caso: “... de Alicante”; decorado con las macetas de rigor y balsita incluida en uno de sus ángulos. Me veo sentado aquella noche muy expectante frente a un televisor en blanco y negro, el mismo donde solíamos ver: “Cesta y Puntos”, “Historias para no dormir” ,”Bonanza” y “Star Trek”. No hay clase al día siguiente, estamos en vacaciones, no hay que madrugar.

Cuatro días antes, 16 de Julio de 1969, el Apolo XI había partido desde Cabo Cañaveral rumbo a la Luna. Misión: pisar su polvoriento, pero a la vez enigmático, suelo. Había llegado el momento. Aquella noche del 20 de Julio una generación de adolescentes contemplábamos en directo el primer paso de un hombre sobre otro astro. Hubo mucha gente, especialmente octogenarios, que nunca creyeron semejantes aventuras. Pero no acabó ahí la cosa, sino que no han sido pocos los que han continuado afirmando que los alunizajes de los Estados Unidos en la Luna fueron un montaje, una gigantesca conspiración para aparentar su victoria en la carrera espacial contra la Unión Soviética.

Las principales argumentos esgrimidos por los conspiracionistas han sido, y son, algunas de las fotografías enviadas por las misiones, las cuales parecen mostrar, según su parecer, incoherencias que evidenciarían un supuesto montaje, demostrando que todo fue un engaño de la NASA.

Lo que pocas veces dejan claro es si niegan solo la llegada del Apolo XI a la Luna, ó también, el resto de las otras misiones, es decir: la 12, la 14, la 15, la 16 y la 17, en las cuales los astronautas realizaron muchos experimentos científicos, incluyendo la recolección de cientos de kilos de muestras del suelo y rocas. Pero hace años a algún genio se le ocurrió la idea de afirmar que todo fue un truco, una filmación en un estudio, quizás recordando aquella excelente película de “Capricornio 1” ó el menos acertado "Mirlo Rojo" de J.J. Benítez.

Pero veamos:

Una de las "pruebas" principales que intentaba apoyar la idea de la conspiración era que las huellas de los lunar róver, los vehículos transportados a la Luna en las últimas misiones, dan giros de casi 90 grados, lo cual consideran imposible. Esto puede explicarse simplemente leyendo el manual técnico del lunar róver para saber que tenía un sistema de tracción horizontal para facilitarle la maniobrabilidad en un espacio reducido.

Otro argumento es que la bandera estadounidense estaba "muy recta para ser natural", pero también desconocen que el mástil tenía un soporte metálico perpendicular, justamente para mantener la bandera recta. Y ¿por qué la bandera se mueve si no hay aire en la Luna? Pues, precisamente por esta misma razón. En el vacío un objeto impulsado no encuentra resistencia atmosférica y puede oscilar durante mucho tiempo.

También se afirma que en las fotografías no aparece estrella alguna en el oscuro cielo; pero cualquier astro-fotógrafo sabe que al fotografiar un primer plano brillante, como la superficie lunar, se elimina el registro de un cuerpo poco luminoso en segundo plano.

Pero lo más contundente es que cientos de radio-operadores y astrónomos en todo el mundo lograron rastrear las misiones Apolo y seguir sus trayectorias hasta la Luna. Incluso se observaron los restos de los módulos lunares en la superficie, y una de las misiones de la Unión Soviética fotografió el sitio de alunizaje del Apolo 11 en el Mar de la Tranquilidad. El Apolo 11 también fue rastreado por el poderoso telescopio del observatorio Jodrell Bank en Gran Bretaña.

Pero la prueba más importante es que si todo hubiera sido un fraude, sería en verdad el mayor de la historia, involucrando a más de 400.000 personas entre astronautas, técnicos, científicos, operadores y empleados, además de sus familias y amigos, todos aliados en un ”pacto secreto” extraordinario.

Todos los argumentos que esgrimen los que defienden que el hombre no llegó a la Luna pueden rebatirse. Es más, es curioso cómo algunos dicen primero que "no se fué a la Luna” y luego dicen que "si se fué, pero que la Nasa oculta que se vieron Ovnis allí". Entonces, ¿en qué quedamos?.

La Luna es nuestro satélite. Pero no solo eso, desde los cazadores primitivos hasta los poetas románticos, la Luna ha acompañado la vida de los hombres. Si no se ha vuelto a la Luna es porque es carísimo enviar allí hombres. Tras la última misión de los Apolo en 1972, se decidió que ya no tenía más utilidad y se cerró el grifo. Es una explicación muy poco romántica, lo sé, pero, según mi opinión, es la auténtica.

Para romanticismo me quedo con el recuerdo de aquella noche de verano en el difícil entorno de una agónica dictadura. Tampoco los conspiracionistas nos estropearán el privilegio de toda una generación que nos abríamos paso hacia la adolescencia, la mejor época para soñar, y además, como en la mayoría de los sueños, sucedió en blanco y negro.

Manuel Capella
http://www.manuelcapella.net